Cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo, lo que equivale a casi un millón de suicidios anuales. Además, el suicido es la segunda causa de muerte en personas entre 15 y 29 años, y en España se ha convertido desde hace años en la principal causa externa de muerte. ¿Estos datos de suicidios consumados te parecen estremecedores? Ahora imagínate las cifras si tuviéramos en cuenta a las personas que a diario piensan en la posibilidad de quitarse la vida. Estos datos son un firme recordatorio de la realidad devastadora del suicido, tanto para la persona implicada como para su entorno.
Hoy, 10 de Septiembre de 2021, se celebra el Día Internacional para la Prevención del Suicidio bajo el lema “Crear Esperanza a través de la Acción”. Con este día se pretende dar visibilidad a un problema grave para el que necesitamos desarrollar medidas eficaces para su prevención, con una idea clara: tú también eres una pieza clave en la prevención del suicidio. Desde Kira Health nos sumamos a esta iniciativa respondiendo algunas preguntas frecuentes sobre el suicidio y cómo prevenirlo. Somos plenamente conscientes de que tratar este tema no es tarea fácil, siendo relativamente sencillo caer en estereotipos y soflamas vacías. Por ello, hemos recopilado algunas de las principales recomendaciones con apoyo empírico en esta área.
¿Qué factores favorecen la conducta suicida?
El suicidio es un problema complejo, donde interactúan diversos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que una persona quiera quitarse la vida. Algunas de las causas de suicidio más frecuentes son:
- Tener depresión y determinados rasgos de personalidad impulsivos.
- Abuso de alcohol y otras sustancias.
- Antecedentes familiares de suicidio y/o trastornos mentales.
- Antecedentes de abuso físico, psicológico y/o sexual.
- Haber tenido un intento previo de suicidio.
- Padecer alguna enfermedad incapacitante y dolor crónico.
¿Cómo identificar las señales de alerta de la conducta suicida?
No existe un método infalible para predecir el suicidio. Sin embargo, la mayoría de personas que piensan en suicidarse suelen presentar una serie de cambios emocionales, cognitivos y en su comportamiento habitual que debemos aprender a identificar. Algunas de las señales de alerta más frecuentes son:
- Amenazas con dañarse o quitarse de en medio.
- Planificar como se quitaría la vida y los medios que necesitaría.
- Escribir notas de despedida o entregas de posesiones (testamento).
- Aislamiento social, evitando el contacto con sus seres queridos.
- Incremento del consumo de alcohol y otras sustancias.
- Alteraciones graves del sueño, apetito y peso.
- Cambios bruscos de humor, mostrándose agitados e impulsivos.
- Expresar sentimientos de desesperanza, sintiéndose atrapados, sin razones para vivir, y sin vislumbrar la solución a sus problemas.
- Conductas de riesgo irresponsables (ej. cruzar con el semáforo en rojo una carretera abarrotada).
Estas señales de alerta debemos interpretarlas como peticiones de ayuda desesperadas que nos ofrecen la oportunidad a las personas del entorno para intervenir a tiempo y prevenir que la persona se quite la vida. En caso de identificar estas señales de alerta, es importante reaccionar con rapidez, hablando con la persona y buscando ayuda profesional.
¿Cómo puedo ayudar a una persona con riesgo suicida?
Recuerda que tú también eres una pieza clave en la prevención del suicidio. Por ello, hemos recopilado algunas pautas de actuación básicas que te ayudarán a manejar la situación:
- Valora el riesgo de suicidio y responde con rapidez. Lo primero que debes hacer es analizar el riesgo de suicidio con los factores que hemos comentado anteriormente. Si el riesgo es elevado, busca ayuda llamando al número de emergencia (112 / 061) o acudiendo al servicio de urgencias del hospital más cercano. En estos casos, cada minuto cuenta.
- Nunca se debe restar importancia a los pensamientos o actos suicidas, ni pensar que las personas lo hacen como una forma de llamar la atención. Debemos recordar que las personas que intentan suicidarse no lo hacen porque quieran morir, sino como una medida desesperada para acabar con su sufrimiento al no encontrar ninguna otra solución a sus problemas.
- Hablar del problema sin tapujos. Uno de los grandes mitos del suicidio es pensar que hablar del tema puede incitar el riesgo del suicidio. Sin embargo, está demostrado que hablar del suicidio reduce el riesgo de realizarlo. Muéstrate comprensivo y empático con la desesperanza de la otra persona. Ayúdale a entender que existen otras alternativas a su problema, aunque ahora no sea capaz de verlas.
- Mantén la calma. Si detectamos que alguien de nuestro entorno presenta riesgo de suicidio, es importante actuar con rapidez, pero sin sobre-reaccionar de modo exagerado (eso solo empeoraría la situación).
- No dejes a la persona sola y elimina los medios letales. Si el riesgo de suicidio es inminente, nunca debes dejar a la persona sola, y debes tratar de eliminar cualquier medio que pudiera utilizar para quitarse la vida.
- Ofrece tu ayuda en las tareas diarias. Ofrece tu ayuda para hacer la compra, limpiar la casa, hacer la colada,… Esto ayudará a la persona afectada a sacar tiempo para intentar resolver su situación y poder recuperarse. Sin embargo, si la persona rechaza tu ayuda no te ofendas y muéstrate dispuesto/a para lo que necesite.
- No olvides cuidarte a ti mismo/a. Ayudar a alguien con riesgo de suicidio es una tarea muy compleja y agotadora. Por ello, es fundamental que encuentres el tiempo necesario para descansar, disfrutar de otras actividades y buscar otras personas con las que compartir esta carga.