Más allá de la tristeza

por | Dic 13, 2024 | Artículos

La depresión constituye un reto social para la salud pública, debido a su elevada prevalencia y a los costes personales y materiales derivados de la misma.

Todo el mundo ha tenido contacto con la depresión, ya sea en primera persona o a través de alguna persona de su entorno. Tan solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para percatarnos que la depresión es un trastorno muy frecuente. Tal y como mencionamos en nuestro anterior post, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo y se calcula que afecta a más de 300 millones de personas. En España, se estima que hay un millón y medio de personas que sufren depresión (4% de la población), y alrededor del 11% de la población sufrirá un episodio depresivo a lo largo de su vida (ESEMeD-España). Además, el 50% de las personas que padecen depresión experimentan más de un episodio a lo largo de su vida, y cada episodio no tratado aumenta el riesgo de cronicidad y recurrencia.

La depresión constituye un reto social para la salud pública, debido a su elevada prevalencia y a los costes personales y materiales derivados de la misma. Según los datos del informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las enfermedades mentales le cuestan anualmente a España un 4,2% de su Producto Interior Bruto (PIB), es decir, en torno a 40.000 millones de euros. El coste anual de la depresión en la Unión Europea es de 92.000 millones de euros (algo más del 1% del PIB). La mayoría de estos costes son indirectos, producidos por la pérdida de productividad laboral, el absentismo y presentismo, las bajas por enfermedad o la jubilación anticipada, entre otros. Por todo lo anterior, la OMS hace unos años puso de relieve la importancia de cuidar la salud mental y la necesidad de realizar un esfuerzo coordinado entre los distintos países para hacer frente a esta nueva pandemia.

Pero, ¿qué es la depresión?

La palabra “depresión” se ha popularizado en el lenguaje coloquial en los últimos años, pero a menudo se usa de manera inapropiada. Estar triste no es lo mismo que estar deprimido. A menudo se confunde la depresión con variaciones normales del estado de ánimo como respuesta a problemas de la vida cotidiana. Sin embargo, la depresión es mucho más que estar triste.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo cuyos síntomas más característicos son el estado de ánimo triste la mayor parte del día y la reducción del interés o disfrute en actividades que antes se disfrutaban. Además, la depresión suele acompañarse de otros muchos síntomas:

  • Alteraciones en la alimentación, ya sea por defecto (pérdida de peso y/o apetito) o por exceso (aumento de peso y/o apetito).
  • Alteraciones del sueño, ya sea por defecto (insomnio) o por exceso (hipersomnia).
  • Alteraciones de la actividad motórica, ya sea por defecto (enlentecimiento generalización) o por exceso (estado de agitación).
  • Fatiga o pérdida de energía.
  • Sentimiento de culpa excesiva o inapropiada o sentimientos de inutilidad.
  • Dificultades para concentrarse o tomar decisiones.
  • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, intento de suicidio o un plan específico para suicidarse.

Las quejas físicas (dolores, problemas digestivos, mareos,…), la pérdida de deseo sexual, la irritabilidad, una baja autoestima, pensamientos negativos repetitivos, el aislamiento social y los sentimientos de desesperanza también son síntomas muy habituales en pacientes con depresión. Además, la depresión suele coexistir con otros trastornos psicológicos, especialmente con algunos trastornos de ansiedad.

Lo que distingue una reacción normal de tristeza de la depresión es cuando estos síntomas no corresponden con una respuesta proporcional a la situación que experimenta la persona. En la depresión los síntomas suelen ser demasiado intensos, frecuentes o duraderos (un tiempo superior a dos semanas), lo que terminan invadiendo todos los momentos del día y todas las áreas de la vida. Además, estos síntomas afectan negativamente al funcionamiento diario de la persona (laboral, social, familiar,…), lo que produce repercusiones negativas en la vida del paciente y de su entorno.

Es importante tener en cuenta que no todas las personas con depresión presentan los mismos síntomas ni en la misma medida. Incluso una misma persona puede presentar síntomas totalmente diferentes según la evolución del trastorno. Por ello, es fundamental que un profesional evalúe el caso para diseñar un tratamiento individualizado para los síntomas de cada persona. En Kira Health disponemos de una red de profesionales expertos en depresión que le ayudarán a reducir estos síntomas, retomar la actividad diaria y potenciar el bienestar.

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