Todo el mundo se siente estresado de vez en cuando. El estrés es una de las características definitorias de la vida moderna: las responsabilidades familiares, la carga de trabajo, los atascos, agendas repletas de actividades, problemas económicos,… Esto ha provocado que el estrés se haya ganado mala fama, convirtiéndose en el enemigo público número uno. Sin embargo, el estrés no siempre es malo. El estrés es una respuesta natural del organismo que ha sido esencial para nuestra supervivencia, ayudándonos a activarnos para hacer frente a situaciones complejas. El problema aparece cuando la reacción de estrés es demasiado intensa, frecuente o duradera en el tiempo, lo que favorece la aparición de otros problemas de salud derivados. La buena noticia es que actualmente disponemos de tratamientos y técnicas validadas científicamente para manejar el estrés y reducir su impacto sobre nuestra salud. En este post, primero analizaremos la diferencia entre estrés y ansiedad, para a continuación, resumir las principales alternativas terapéuticas para tratar los problemas de estrés.
¿Estrés o ansiedad? Esa es la cuestión
Aunque coloquialmente usamos estrés y ansiedad como sinónimos, en realidad existen algunas diferencias fundamentales entre ambos términos. El motivo por el cuál empleamos ambos términos como sinónimos es porque producen respuestas corporales y psicológicas muy parecidas (ej. aumento de la tasa cardiaca, aceleración de la respiración, tensión muscular, irascibilidad,…). La diferencia principal es que el estrés hace referencia a un proceso de adaptación del organismo ante un estresor real (ya sea interno o externo), mientras que la ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza percibida (que puede ser real o no). De hecho, en los trastornos de ansiedad la sintomatología no depende de la existencia de un agente estresante, sino que aparecen en muchas ocasiones en respuesta a un estresor que ya ha desaparecido o la anticipación de una posible amenaza futura. Dicho de otro modo: cuando existe una amenaza real en el momento presente estaríamos sintiendo estrés, pero cuando dicha activación continúa una vez ha desaparecido el estresor o anticipando una amenaza futura estaríamos sintiendo ansiedad. Por este motivo, se dice que el estrés suele producir ansiedad, pero una persona con ansiedad no necesariamente padece estrés.
Intervenciones para reducir el estrés
Una vez has identificado las situaciones que te generan estrés y tu patrón de síntomas, el siguiente paso sería aprender las habilidades necesarias para afrontar el estrés y regularlo de manera saludable.
Las intervenciones para reducir el estrés tienen dos grandes focos: por un lado, actuar sobre las causas del estrés (incidiendo directamente en los estresores), y por otro lado, actuar sobre los síntomas del estrés (aprendiendo técnicas para reducir estos síntomas). Además, el tratamiento del estrés puede enfocarse desde dos orientaciones complementarias:
- Tratamiento farmacológico: consiste en la prescripción de psicofármacos como los ansiolíticos, somníferos y antidepresivos, que tratan de suprimir los síntomas del estrés y facilitar el descanso.
- Tratamiento psicológico: desde el punto de vista psicológico se suelen abordar los distintos componentes del estrés:
- Técnicas corporales: dirigidas a reducir la activación y las reacciones fisiológicas del estrés. Las técnicas más empleadas son técnicas de desactivación (ej. respiraciones y relajaciones), actividad deportiva, mindfulness o yoga.
- Técnicas cognitivas: dirigidas a tomar conciencia de los pensamientos negativos automáticos, reevaluar la situación y aprender a generar pensamientos alternativos más realistas y adaptativos. Las técnicas más empleadas son la reestructuración cognitiva, la reevaluación cognitiva o el mindfulness.
- Técnicas conductuales: dirigidas a modificar la conducta de la persona. Las técnicas más empleadas son las solución de problemas, técnicas de afrontamiento y la promoción de hábitos saludables (alimentación, sueño, deporte, ocio,…).
Si te interesa aprender más sobre los principales síntomas del estrés y sus consecuencias, su papel en la supervivencia y productividad, o sobre los distintos tipos de estrés y sus causas, te recomendamos leer los artículos anteriores de esta serie sobre el estrés. Además, en Kira disponemos de una amplia librería de herramientas virtuales y profesionales acreditados que te ayudarán a mejorar tus habilidades para gestionar el estrés.